La participación de las personas con discapacidad visual en espacios culturales, en ejercicio de su ciudadanía y de sus derechos culturales, busca ubicar el museo dentro de su imaginario como un lugar accesible, con sentido y con significado, en la medida en que logra generar experiencias que den cuenta de su existencia al reconocer las necesidades de nuestros usuarios con necesidades especiales, que es incluido en la sociedad, por sus distintos actores.